Las Islas Salvajes, un archipiélago español perteneciente a Canarias que está ocupado por Portugal.
Las Islas Salvajes (Ilhas Selvagens en portugués) es un archipiélago español perteneciente a Canarias que está ocupado por Portugal.Está formado por tres isletas principales y varios islotes, situado en el Atlántico septentrional, y ubicadas entre las islas Madeira (de las que distan 280 kilómetros) y las islas Canarias (a 165 kilómetros). Formado por dos grupos principales, en el del norte está la Isla Mayor o Salvaje Grande (Selvagem Grande): de forma aproximadamente rectangular, tiene kilómetro y medio de largo por kilómetro y medio de ancho en su parte más ancha, con costas muy escarpadas lo que dificulta el acceso a ella. El grupo del suroeste está formado por dos islas pequeñas, la Pitón Grande (Selvagem Pequena) y la Pitón Pequeña (Ilhéu de Fora). La distancia entre ambos grupos es de 15 kilómetros. La superficie total del archipiélago es de 273 hectáreas (2,73 km²).
Se tiene constancia de la existencia de estas islas desde muy antiguo y como tal fueron señaladas en el mapa de los hermanos Pizzigani fechado en 1364. Tengamos en cuenta que las islas están en el camino hacia el archipiélago canario del cual se consideran extensión natural. Las Islas Canarias estaban habitadas por un pueblo emparentado con los beréberes, los Guanches.
Las Canarias recibieron visitas de europeos (incluidos menorquines) desde el siglo XIV. En 1402, vasallos del reino de Castilla con permiso papal, inician la conquista de las Canarias para unirlas a la corona castellana. La conquista fue difícil y duró casi un siglo ya que los guanches demostraron ser un pueblo valiente y tenaz. En todo el proceso de conquista, los barcos castellanos no dejaron de visitar las Islas Salvajes pero no dejaron población al ser inhabitables (sin agua, peligrosos arrecifes y suelo pedregoso) y dar por sentado que pertenecían al conjunto de Canarias que les pertenecía legalmente (permiso papal, el mismo que usaban los portugueses en sus conquistas).
En 1432, el portugués Diogo Gomes de Sintra, al regreso de un viaje a Guinea avista las Islas Salvajes y proclama que las ha descubierto con esta descripción “ilha chamada Selvagem é estéril, ninguém habita nela, nem ten árvores nem águas correntes". En eso Portugal se basa para decir que les pertenece en haberlas descubierto cuando ya lo habían sido y eran conocidas en toda Europa.
Para Castilla las Islas, que tenían un nulo valor económico, pertenecían a la Corona, pero no deja un reten armado en las islas pues hay poco que ocupar. Supuso que Portugal respetaría los tratados y las bulas papales. Error, Portugal ha respetado los tratados solo mientras les favorecían.
La prueba de que las Islas Salvajes no pertenecían a Portugal tras la proclamación de Gomes de Sintra está en que en el siglo XV las islas no estaban presentes en la lista de posesiones de la Orden de Cristo (orden del que era gran maestre el rey portugués). El historiador luso João de Barros (1496-1570) reconoce que pertenecen a Canarias y Gaspar Frutuoso en su obra “Saudades de Terra” las cita expresamente como pertenecientes a Canarias y al dominió del rey de Castilla (y luego también de Portugal) Felipe II.
“Estas ilhas, chamadas Selvagens, parece que deviam ter sido achadas depois das Canárias por castelhanos, tem senhorio castelhano, como também já agora a Ilha da Madeira com suas adjacentes e estas dos Açores...com que parece ficar este glorioso e poderoso Rei Católico o maior do mundo.»
España nunca ha renunciado a las Islas Salvajes y si son de su propiedad lo lógico es que Portugal respetara esta, pero Portugal sólo respeta la legalidad cuando le conviene.
Firmaron el Tratado de Alcaçovas, pero lo rompieron cuando se descubrió América y querían sacar tajada.
Firmaron el Tratado de Tordesillas, pero lo rompieron para que Brasil pudiera crecer a costa de territorios legalmente españoles.
Firmaron el Tratado de Badajoz, pero lo rompieron ayudando a la flota inglesa que luchó en Trafalgar en 1805.
Y suma y sigue.
En el caso de las Islas Salvajes es exactamente igual, España nunca renunció a la soberanía pero Portugal las consideró suyas por que así lo dispuso por su cuenta. Las islas estuvieron deshabitadas a pesar de tentativas de canarios y portugueses que fracasaron, incluso hubo portugueses que proclamaron que les pertenecía legalmente como propiedad privada, cuando el hecho es que al ser de soberanía española, la propiedad de un extranjero no implica que se le cedan las islas a su país.
España decidió que había que actuar en Las Salvajes por fin en 1881 pues son un peligro para la navegación hacia Las Canarias y decide construir un faro, ante lo que Portugal protesta. La respuesta española fue: Ministerio de Negocios Extranjeros, datado de 23 de Julio de 1881.
«De los antecedentes que existen en el Ministerio de Estado en Madrid, se deduce claramente que no está determinado si la soberanía de la isla pertenece a España o a Portugal.»
Esto fue un error, porque las islas eran legalmente españolas, nunca se habían cedido a Portugal por más que hubiera portugueses que visitaran las islas (al igual que canarios) para pescar y capturar pardelas. Lo que pasó fue que se le dio alas a Portugal. El proyecto del faro se paró momentáneamente a causa de la lenta burocracia española.
En 1911 España comunica a Portugal que va a colocar definitivamente un faro y que va a incorporar definitivamente las Salvajes a las Canarias para que no haya sombra de dudas. Portugal reacciona rápido para ganar tiempo y mediante diplomacia consigue del gobierno español una petición de no hacer nada sin una negociación previa para no enturbiar las buenas relaciones. Otro error.
Portugal no pierde el tiempo y sin negociar con España se dedica a legislar sobre las Islas Salvajes. En 1912 el Almirante Schultz Xavier hace un reconocimiento de la isla Salvaje Grande para localizar donde Portugal iba a colocar el farol. En 1929 el Contra-almirante Gago Coutinho declara que las islas siempre pertenecieron a Madeira y por tanto a Portugal. España mientras con crisis politica ni se entera. En 1932 el gobierno portugués las declara coto de caza. En 1938 Portugal hace un mapa de las islas colocando puntos geodésicos, es el momento adecuado. España está en guerra civil y no hay gobierno capaz de defender a España en el exterior. Portugal, embalado, da el golpe definitivo, manda un expediente a la Comisión Permanente de Derecho Marítimo Internacional y esta falla el 15 de febrero de 1938 a favor de Portugal en cuanto a la soberanía. España, rota en lucha interna, no puede reaccionar ni mandar a quien defienda sus derechos ante la comisión.
Portugal hizo lo mismo que Marruecos en 1975 con la Marcha Verde. Obró de mala fe aprovechando un momento en que España no podía defenderse. Si hubiera tenido la razón de su parte no hubiera tenido que actuar así.
El gobierno dictorial de Franco no se atrevió a hacer nada cuando obtuvo el poder. Prefirió silenciar a la prensa sobre el tema para que nadie supiera como se lesionaban los intereses del país sin que el moviera un dedo por evitarlo. El gobierno portugués actuó siempre esgrimiendo su alianza con el Reino Unido y su pertenencia a la OTAN (NATO), siendo la única dictadura que fue admitida, pero también le recordó a Franco todo lo que le había ayudado a ganar la guerra.
De allí hasta ahora, España nunca ha reconocido formalmente la anexión de las Islas Salvajes que por derecho pertenecen a Canarias y a España. España es hoy día un país democrático y no reconoce la soberanía portuguesa sobre las Islas Salvajes, pero tampoco hace nada por cambiar las cosas, se renuncia ante la tradicional política de hechos consumados portuguesa.
Como hecho a recordar, en 1975 unos marineros canarios acudieron a las Salvajes y allí ondearon una bandera española, pero la administración no se atrevió a apoyarlos. Hoy día las Islas Salvajes tienen dos guardas y un reten de infantes de marina portugueses en lo que se supone que es una reserva natural. El objetivo real y así aparece en la prensa portuguesa es afirmar la soberanía portuguesa lo que no haría falta si no tuvieran dudas de ella.
Islas salvajes